Siempre fue así sin un porqué. En tanto que la lluvia caía, con que
hubiese un solo rayo de sol, el arcoíris resplandecía feliz. Pero porque el sol
dejó de lucir o la lluvia de caer, el arcoíris había olvidado quién era, y
caminaba, con rumbo errante, en la polvorosa tierra.
En su caminar errante, le observó el fuego, quien le reconoció y sintió
envidia. Por eso le dijo “Tú eres como
yo, que destruyes, quemas y arrasas todo lo que tocas.” El arcoíris, miró en su
interior y conoció en él el rojo del fuego. Como no sabía quién era, le creyó y
empezó también a destruir lo que encontraba a su paso.
Con este caminar pronto conoció la soledad. Una noche de frío
intenso, le observó el hielo, quien le reconoció y sintió celos. El hielo se le
acercó y le dijo “Tú eres como yo, frío e indiferente, condenado a estar solo”.
El arcoíris reconoció su soledad y al mirar en su interior, efectivamente observó
sus azules y añiles. Por eso, desterrado en su melancolía, caminó rumbo a las altas
montañas, recorriendo tierras cada vez más hostiles, prisionero de su condena.
El arcoíris, en lo que creía un vano esfuerzo, escaló tanto que
pronto rozó las nubes. En la altitud, cuando apenas podía ya respirar, le encontró
un pequeño halo de luz que le preguntó “¿Dónde te habías metido? Te hemos
estado esperando”. El arcoíris incrédulo miró en su interior y por primera vez fue
capaz de ver, a la vez, todos sus colores. Como entonces siempre fue, el
arcoíris resplandeció, sintiéndose raro y de nuevo feliz.
En las mañanas cálidas, antes de brillar, el arcoíris se acuerda
del hielo y se entristece porque no busca en su interior para encontrar el
latido del agua que fluye, nutre y alimenta. Y en las noches frías, antes de
dormir, el arcoíris se acuerda del fuego y se apena porque no mira en su
interior para encontrar el tibio amarillo, que calienta pero no quema, que
abriga pero no ahoga, que protege pero no paraliza.
El arcoíris encontró sus respuestas en su interior. ¿Dónde las
buscas tu?
Autora: Raquel Valdazo. Psicóloga ámbito clínico. Colegiada M-22413.
precioso!!!!!!!
ResponderEliminarCruz