EL DESEO


No había ninguna duda. Todo lo que Ragib deseaba en el mundo era encontrar a una mujer para formar una familia con ella.

Por eso Ragib emprendió sin vacilar un duro y largo viaje a un lugar donde cada mes se celebraba un baile donde las parejas se encontraban y se elegían. Ragib superó difíciles pruebas en el camino y no desistió por ser su deseo tan grande como veraz.

Ragib llegó a aquel lugar cuando apenas faltaban días para el baile. Se empezó a fijar en cómo el ganado pacía a su antojo y no era propiedad de nadie. Si él construía un pequeño recinto y ponía allí parte del ganado, tendría un sustento para su familia. Así, en vez de ir al baile, se puso manos a la obra y construyó un recinto donde metió el ganado suficiente para su futura familia.

Al mes siguiente, Ragib cayó en la cuenta que el ganado necesitaría una cuadra para pasar ahí los días duros de frío y hielo. Sólo tendría que construir una cuadra para proteger y alojar a los animales.
Ragib construyó un buen establo, las personas le felicitaban y pensó que era capaz de construir una casa, aunque fuera una pequeña para cuando encontrase mujer.

Dos meses más tarde, se dio cuenta que era mucho mejor hacer una casa grande, amplia, para su mujer y sus hijos. Aquella pequeña casa la utilizaría para almacenar útiles y herramientas.

Después de dos años, llegó a aquel lugar un amigo de Ragib. Cuando le vió se entusiasmó, Ragib le enseñó todo lo que había logrado. Después de la charla su amigo le comentó:

Tu mujer tiene que estar encantada, ¿tienes ya algún hijo?
Ragib contesto: ¿Mi mujer? ¿Pero tú crees que con todo esto tengo tiempo para crear una familia?


Autora: Raquel Valdazo. Psicóloga ámbito clínico. Colegiada M-22413. Email: rvaldazo@cop.es; Tfno.: 633311168.

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