SOLO SI



Riad siempre había tenido todo para ser feliz. Pese a esto, había un pequeño inconveniente, y es que Riad era totalmente ajeno a este hecho.

Ya cuando Riad era pequeño, veía otros niños nadando en la piscina. Él no sabía nadar y se sentía decepcionado. Se decía que cuando aprendiera a nadar estaría tan contento como los otros niños. Aprendió a nadar, pero no estuvo contento.

Cuando Riad era adolescente, veía a otros chicos salir con chicas. Él no había salido con nadie aún y se sentía feo. Cuando saliese con una chica, ya todo sería diferente. Salió con una chica, pero no por eso se sintió atractivo.
De joven, Riad se sentía triste y desolado ante las montañas de libros y apuntes que tenía que estudiar para acabar la universidad. Cuando acabase sería feliz, pero acabó y no fue así.

Cuando terminó sus estudios, se puso a buscar trabajo, era la situación peor que vivía en su vida. Pensaba que cuando consiguiese un trabajo estaría bien, sólo si encontrara un trabajo,… pero cuando lo tuvo,…

El salario de Riad no le permitía vivir en su propia casa y se sentía en un calvario por vivir en la de sus padres. Sólo si pudiera ganar más dinero y ahorrar y tener su propia casa… Y esto también sucedió, buscó otro trabajo, ganó más dinero, se compró una casa. Pero Riad entonces no pasó a estar sosegado sino aprensivo, pues tenía mucho estrés en su trabajo, y además una hipoteca,…sólo si acabara de pagar su casa…

Así, sólo si encontrara una mujer a quien amar, sólo si…, sólo si…, la vida le iba dando cosas a la vez que fue pasando. Riad se sentía cada vez más desgraciado.

Por eso fue a ver a un sabio. Le preguntó:” ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo ser feliz? El sabio le contestó: “Vete y busca qué tendría que pasar para que así fuera.” Nuestro buen Riad, reflexiono. Esta vez, sin caer en la trampa, volvió cabizbajo a ver al sabio para contestarle: “No he encontrado nada”, “No hay nada que debiera pasar para que yo sea feliz”. El sabio le respondió: “He ahí la respuesta. Entonces obtén eso y sé feliz”.

Así Riad empezó a aprender a valorar, admirar y sobre todo a vivir.

De esto han pasado muchos años y hoy, la vida le quita a Riad, cada día, una pequeña cosa. Pero Riad hace años que ya no cae en la trampa. Se siente tranquilo y feliz.


Autora: Raquel Valdazo. Psicóloga ámbito clínico. Colegiada M-22413. Email: rvaldazo@cop.es; Tfno.: 633311168.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tus comentarios, sugerencias,...